domingo, 21 de febrero de 2016

Asamblea constituyente del Círculo PODEM-OS MES (Medio Rural, Ecología y Soberanía Alimentaria)

El pasado 20 de febrero (2016) tuvo lugar la Asamblea Constituyente del Círculo Podemos MES (Medio Rural, Ecología y Soberanía Alimentaria). Tendrá el ámbito de la Comunidad Valenciana.
Entre los participantes estuvo Beatriz Gascó (Diputada en las Cortes Valencianas) y nos visitó Antonio Montiel (Secretario General de Podemos CV y diputado en las Cortes Valencianas) y Rosana Pastor (Diputada en las Cortes Generales) para darnos apoyo.

Mi propuesta de Manifiesto ha sido:
MANIFIESTO FUNDACIONAL DEL CÍRCULO MUNDO RURAL, ECOLOGÍA Y SOBERANÍA ALIMENTARIA

Muy lejos ha quedado el tiempo en el que los humanos estábamos perfectamente integrados en nuestro entorno.

La inteligencia, la poderosa herramienta con la que la naturaleza nos ha dotado para sobrevivir, paradójicamente, la estamos utilizando para acelerar nuestra propia extinción. Larga es la lista de desastres que estamos dejado en nuestro planeta: el hambre que pasa el 11% de los miembros de nuestra propia especie, las enormes desigualdades que afectan al resto, el cambio climático, el agotamiento de nuestros recursos, la contaminación del aire, el agua y la tierra, la pérdida de biodiversidad, es tan solo una parte de esa larga lista. Solo hay dos especies cuya huella se ve desde el espacio: la constructiva de los arrecifes coralinos y la destructiva humana. Nuestro futuro está en nuestras manos, y son las peores manos en las que podrían estar.

Hemos alcanzado un punto crítico; un punto en el que, o nos lo tomamos en serio o ya no habrá vuelta a atrás. De esta decisión depende el futuro de nuestros hijos, nietos y demás descendiente. De lo que hagamos depende que ellos nos lo agradezcan o maldigan nuestro recuerdo.

Tenemos que hacer cambios necesarios para invertir el proceso. Debemos, pero sobre todo podemos. SI QUE PODEMOS. Pero desde ya, desde ahora mismo. Es cierto que debemos educar a las nuevas generaciones para que no comentan los errores que nosotros hemos cometido; pero no podemos esperar a que sean ellos los que empiecen. Tenemos que ser nosotros; y empezando por nuestro propio comportamiento, para continuar influyendo en nuestro entorno más cercano hasta alcanzar el más lejano.

Nos van a acusar de utópicos; pero lo que realmente es una utopía es pensar que el crecimiento que predica el liberalismo no tiene límite, que los recursos son infinitos y que los residuos desaparecen mágicamente en cuanto los soltamos.
También es falso pensar que volver a la Naturaleza de la que dependemos; formar parte de ella en armonía con el resto de los seres vivos, sería como “volver a las cavernas”. Se pongan como se pongan, pertenecemos a la Tierra y no es la Tierra la que nos pertenece. No es la Tierra la que está en peligro; somos nosotros. No seríamos los primeros seres inteligentes que han desparecido de este planeta; neandertales, erectus, hábilis, etc, etc, eran los más inteligentes de su tiempo, y no les sirvió de nada.

Es el momento de un tiempo nuevo; de una nueva sociedad; de una nueva economía; de una nueva política mucho más responsable y realista. Es el momento de abrir los ojos; despertar a la realidad; salir del mundo de ficción donde nos tienen metidos. No revertiremos esta situación con simples parches; y mucho menos con los parches que nos dictan los que han marcado las pautas de funcionamiento en los últimos años. Debemos de romper, de refundar, de atacar a la raíz del problema.

El Círculo Mundo Rural, Ecología y Soberanía Alimentaria, nace con la intención de romper, de refundar, de atacar la raíz del problema, de dar un giro de 180 grados, tanto a nivel personal,  como social e institucional.
Empezaremos dando importancia a lo que realmente lo tiene: la familia, los amigos, la paz, la tierra… y la Tierra.

Es evidente que el Círculo de Mundo Rural, Ecología y Soberanía Alimentaria, asume por convicción, todos y cada uno de los principios, políticos, éticos y organizativos de Podemos.

A partir de aquí, nuestra actividad se orientará hacia la reducción de nuestra huella ecológica, buscando nuevas formas de consumo, extracción, producción, transporte, aprovechamiento de residuos, trabajo, intercambio, innovación, investigación… Debemos rediseñar una nueva forma de habitar ciudades y territorios.

La vuelta a la tierra, con respeto es imprescindible. Creando empleo, evitando la despoblación de zonas rurales y desarrollando, de manera sostenible:
  • Una agricultura ecológica que, como tal, optimice los recursos naturales, sin emplear productos químicos u organismos genéticamente modificados; ni para abono ni para combatir las plagas; para obtener alimentos sanos y que a la vez conserven la fertilidad de la tierra, la pureza del agua y respeten el medio ambiente.
  • Una ganadería ecológica respetuosa con su medio, que recupere lo mejor de nuestras tradiciones; que promueva la protección y diversidad las distintas y razas autóctonas, que se alimente de forma natural, respetando los ciclos naturales, que trate con respeto y cariño a los animales. El verdadero valor de nuestro campo se encuentra en su paisaje, en su cultura, en sus tradiciones, en su naturaleza única. En esto hay que destacar el papel imprescindible de las abejas, por su labor y por los riesgos que corre en estos momentos.
  • Una pesca sostenible. Los océanos no pueden soportar el ritmo actual de pesca. Para garantizar el futuro de la biodiversidad marina y de quienes dependen de este recurso debemos apostar por un modelo de pesca sostenible; o sea, que pueda mantenerse de forma indefinida sin comprometer la viabilidad de las poblaciones, sin ejercer un impacto negativo sobre otras especies dentro del ecosistema, incluidas las personas que dependen de ella y sin despilfarrar energía.
Otro de los pilares de este círculo es la soberanía alimentaria; o sea, el derecho de los pueblos para definir sus propias políticas agrarias y alimentarias de acuerdo con los objetivos de desarrollo sostenible y seguridad alimentaria. Ello implica la protección y desarrollo del mercado local contra los productos procedentes de mercados internacionales, y contra la venta por debajo de los costos de producción.

En materia de defensa medioambiental, el frente de trabajo se amplía enormemente, ya que la degradación alcanza un nivel planetario. Nuestra protección debe llegar al aire, al agua tanto marina como continental, a la tierra, a la flora y a la fauna, incluida la humana. Hasta a las conciencias; y para ello, la educación a todos los niveles y a todas las edades, es clave.
Nuestra lucha es contra el actual sistema económico basado en el error de pensar que los recursos son ilimitados; pero también, contra la contaminación del aire, del mar y de la tierra; nos tenemos que planear una reorganización racional y humana del territorio; la gestión de los recursos naturales, de una energía limpia y renovable, y de los transportes; tanto de personas como de mercancías. La cooperación Norte-Sur, el cambio climático, la defensa de la biodiversidad y la protección de animales, plantas y espacios naturales que aún no han sufrido la mala influencia humana, también son vitales.
El reto que tenemos delante es enorme; no sabemos si lo conseguiremos; pero si nuestros hijos reciben un mundo desolado, sabrán que al menos, sus padres lo han intentado con todas nuestras fuerzas.

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